Todas las personas del mundo nacen desnudas e iguales. Es nuestra entrada triunfal. Todos mamamos y damos gritos y vacilamos en nuestros primeros pasos. Traemos unas alitas pegadas a la espalda, como diciendo que ya estuviéramos muertecitos y muertecitas y nos hubiéramos convertido en ángeles. Que no os engañen, que esas alitas nos las dieron para volar.
Miro con tristeza todas esas espaldas acuchilladas y cicatrizadas de animales enjaulados y me digo que todas las personas nacemos con esta carga. Pero ¿no nacemos también todos y todas con dos ojos y dos manos y un cerebro y un corazón? ¿También nos los tenemos que amputar, como si ya hubiésemos nacido muertas?
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