Al verme entrar, todos se callaron. Crucé la sala de juntas y me dirigí hacia la cafetera. Seguramente escuchaban a Carlos fanfarronear
sobre sus conquistas, pensé mientras me servía un café. Pero me equivocaba…
-¿El jefe se jubila?- preguntó Martín.
-Sí-contestó Carlos- Pero aún no es oficial.
Carlos se creía el protegido del director y por
ello, candidato a sucederle. Adicto al
poder y la intriga, se sentía superior a sus compañeros de oficina.
-Ya que estás haciendo café, hazle uno a tu nuevo
jefe- me ordenó Carlos.
En ese momento entró el actual director. Su mirada
se fijó en el grupo de hombres y luego reparó en mí.
-¡Os presento a la nueva directora general!-anunció.
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