Concurso patrocinado por el Hotel Mar Menor de Santiago de la Ribera

viernes, 28 de febrero de 2014

El mito de la igualdad

El principio del fin



                                  

Cerró de un portazo y cargó al hombro una caja llena de recuerdos. Ya en la calle sacó del bolso un lápiz de labios de color rojo, pintándose una enorme sonrisa de carmín. Habían sido muchos años acatando órdenes y cobrando un salario inferior al de sus compañeros. Ya no tendría que aguantar más chistes machistas, ni las miradas, ni el roce de aquella mano caída por descuido en su trasero. Fueron años difíciles, no podía dejar aquel trabajo, tenía que pagar la hipoteca, era una mujer divorciada y con un niño a su cargo. Estaba sola. Nunca denunciaría, pero necesitaba volver a ser ella, no sentirse un trozo de carne. Aquel era el día del fin, pero también del principio. Un nuevo trabajo la esperaba.

                                                                                                         





sinergia


Cuando se conocieron, él veía la vida en azul; ella en naranja. Intuyeron que dos colores complementarios  parecerían más brillantes juntos que por separado.
Anunciaron su unión .Él continuó viendo la vida en azul, ella anaranjada; pero el reparto de las tareas del hogar y otras naderías de la vida rutinaria  generaron discusiones de tonos mate.
Un día, en lugar de discutir, buscaron  una tercera opción más sinérgica y armoniosa llamada cooperación y aprendieron que la claridad de los colores brillantes se logra por la omisión del gris o el negro.
Aun  a sabiendas de que ello era un cometido complejo, decidieron que valía la pena poner todo el empeño para conseguir el éxito: alcanzar juntos el brillo pleno.

jueves, 27 de febrero de 2014

Prejuzgados



 En los juzgados se rumoreaba que pronto llegaría, trasladada, una nueva compañera de trabajo; pero sin especificar ni trascender más detalles. Mantener al personal a la expectativa mantenía arriba su atención y diligencia, esa parecía ser la consigna de la Administración central y la razón de filtrar la interrogante del traslado.
Cuando por fin llegó la nueva, los elementos masculinos se mostraron complacientes por su físico atractivo, impactante. Para tales mentalidades, en casos así el cargo y el desempeño eran lo de menos.
            -Soy Severino Gañán, el jefe del archivo. Pero puedes llamarme Seve, señorita –dijo, chulesca bienvenida, el más presumido de la plantilla–.
            -Yo soy Ana, la jueza titular desde hoy. Y puede usted llamarme señoría.

Xiana Cornes


Todo había sido tan fácil desde que apareció ella, pensó como una pequeña decisión puede cambiar el rumbo de toda una vida.
El tiempo le había dado la razón, algo que le hacía sentirse sumamente orgulloso.
Recordó la primera vez que lo dijo en voz alta ,en aquella sala de juntas donde las mujeres solo entraban para servir café.
Volvió a sentir el valor invadiendo su cuerpo, oyó el eco de su voz diciendo que el puesto de dirección debía ser para ella, el silencio absoluto y las risas estruendosas.
Todavía recordaba el esfuerzo diario de educar a tantos ojos para que la vieran como una igual.
Aún sentía admiración al sentir sus pasos, los pasos de una gran mujer.


DIANA


Cansada de verse relegada a la cocina preparando las piezas que su marido cazaba, quiso demostrarle que podía tener tan buena puntería como él. Y lo abatió de un solo disparo.

Al fín

Recordaba vagamente la voz de su madre a pesar que habían pasado más de diez años desde aquella conversación. Su madre se había pasado la vida pegada a una escoba, limpiando de aquí para allá, en trabajos mediocres para que ella lograra tener una educación. Sin embargo destacar entre sus compañeros no siempre se vio recompensado y ni mucho menos tener buena disposición.

Los viejos fracasos, las caídas, el dormir poco y trabajar con las manos, como había hecho su propia mano, le habían fortalecido hasta al fin tocar con sus finos dedos la mesa de despacho que al fin ocupaba. ¿Quién dijo que no se consigue aquello por lo que se lucha? Ella lo había comprobado al fin.

La viuda blanca


Ya no canto mientras cocino, ni cuando tiendo la ropa; no recuerdo la última vez que lo hice, supongo que cuando tenía esperanzas.

Anoche soñé que volvías: tomabas mi cintura y permanecías con la cabeza en mi hombro, quieto, como un rizón que finalmente encontró su lugar. Así te imaginaba, un ancla enterrada en la arena que era nuestra casa. Por eso te marchaste, porque no eras ancla; eras ola, gaviota, lluvia y tempestad, eras libre. No pude detenerte y por eso estoy sola, meciendo la cuna del niño que no conocerá a su padre.

La viuda de un vivo, o un muerto, ¿qué sabré yo? Yo, que ya no canto mientras cocino, porque ya no sueño con que vuelvas.

MUJERES TRABAJADORAS



Hay mujeres trabajadoras que habitan en las acciones cotidianas
,que se alojan en el gusto

de los sentidos, en el fondo del alma, en el susurro del aire, en
anónimas guaridas, donde

guardan los conjuros y la magia, placer en las horas más oscuras, van
escoltadas por los elfos y

las hadas.

En medio de esta economía, donde nace el pensamiento, donde el
espíritu navega en busca

de la paz, las mujeres han encontrado en el trabajo, la armonía de
las estrellas.

Que sublime, sutil fragancia, se les alumbró la luna, se les
enseño grandeza del clarear,

les ha ofertado sabiduría, se les ha enseñado el amor del camino al
trabajar.



 BORRASCA

lunes, 24 de febrero de 2014

Su momento, momento ella

Ella es esa luz al final del pasillo, es esa sombra que te abraza y protege, es esa manta que te guarda del frío, es ese viento que te da el empujón que necesitas, es esa mirada que te recuerda que nada está perdido, es esa sonrisa que te recibe cada mañana, es ese café que evade tus temores, es esa mano que te acompaña en la jornada, es esa idea que te salva del oscuro agujero, es esa cuerda que te ayuda a bajar al suelo y también, es esas alas que te ayudan a levantar el vuelo. Ella, la que viste tacones y un collar de macarrones. Ella no solo es eso, ella puede con eso. Y más.




La separación de bienes


A todo el mundo le parecía una locura la separación de bienes. Porque la rica era ella. Si él decidiera largarse con una mujer más bella –o ella con un hombre mejor- no podría desplumarle. ¿Es que a nadie se le ha ocurrido que, la aún señorita López, merece proteger el patrimonio que tanto esfuerzo le ha costado? Y cuando firmaron, ella pensó en qué pensaría de ella Clara Campoamor y sonrió.

mitocondria suspicaz

viernes, 21 de febrero de 2014

RECUERDOS

Levantada desde las seis, trabajaba ocho horas de oficina, me recogía en el colegio y juntas, cantando y de la mano, regresábamos a casa. Organizaba el hogar, planificaba el día siguiente, estaba pendiente de papá y apenas dormía. Continuamente agotada. No obstante, siempre la hallaba dispuesta a cualquier fantasía que yo propusiese.

Únicamente encontraba un momento de respiro cuando lograba un ratito para escribir, es decir, para ella. En el que no existía otro mundo que no fuera el que fluía de su interior. Se olvidaba de todo, sólo escribía. No sé cómo sucedía, ni de dónde sacaba tiempo, tan sólo puedo decir que sin escribir no podía vivir. Yo era su vida, sin embargo, la escritura era su pasión.

Conchita

Conchita es viuda, tiene una pensión que no supera los seiscientos euros. Trabajó desde los nueve años en la panadería de su padre. En casa eran cinco hermanos mayores y dos chicas, ella y la pequeña, que murió a la tierna edad de seis años. Siempre quiso ser maestra pero a diferencia de sus hermanos, no pudo estudiar. Había que despechar pan y ayudar en casa con las tareas domésticas. Se casó y tuvo tres hijos varones. Cuidó a su marido y a sus padres hasta su muerte. Cuando hace buen tiempo en su pueblo, saca su silla al patio de su casa. Ahora es libre, ningún techo de cristal le impide gozar del calor de su añorado sol murciano.

DESENCUENTRO


Él se olvidó del día en que se conocieron, ella se lo recordaba año tras año.
Él tejía rutina en la oscuridad de cada noche y ella la deshacía al clarear cada mañana.
Él, desencantado, suprimió las miradas tiernas, ella buscó sus ojos en cada desprecio intentado devolverles el brillo perdido.
Él huía, ella seguía sus pasos y lo apresaba.
Él se fue cansado de decirle que la amó,  ella todavía cuenta que lo ama.

Agustinas






-¿Y qué les diremos a los vecinos cuando pregunten de dónde sacamos la comida?
-Que es un caballo del enemigo, que le cayeron dos pisos encima porque no tuvo
tiempo de refugiarse la pobre bestia en el último bombardeo, y que hemos guisado
lo poco que quedó desenterrado.
-¿Y no notarán que es cocido humano?
-Antes tendrías que haberlo probado y, ¿cómo crees que sabrá un francés?, ¡a
jamelgo!
-No sé yo sí...
-Con hambre no hay remilgos. Además, sólo estofamos la carne magra, no hemos
aprovechado la que linda con el hueso porque ahí nos hubieran pillado, nadie tiene
la osamenta tan ancha.
-La verdad es que el olor es bueno...
-¡Mejor sabrá!

jueves, 20 de febrero de 2014

Nunca estás




Nunca estás. Tan sólo dos palabras con un eco infinito. Nunca estás. Dos palabras tan sólo, ¿cómo podían ser tan dolorosas? Se convertía en mil mujeres cada día para que todo fuera bien. Y todo iba bien, todo lo bien que podía ir una vida en la que los adultos pasan nueve horas diarias fuera de casa. Nunca estás. ¿Cómo explicarle a un niño lo que no quiere entender? Trabajar, trabajar, trabajar… eso era la vida. Un camino de dificultades en el que las mujeres debían correr más rápido que los hombres para llegar al mismo sitio, aunque llegaran a la meta agotadas, destrozadas, sin sentirse valoradas y con esa letanía constante dentro de su cabeza. Nunca estás. Nunca estás. 

martes, 18 de febrero de 2014

DESTIERRO


Te di de comer lo mejor del huerto. Probaste de mis manos , las manzanas. Te vestí, entrelazando hojas de enredadera . Te enseñé a expresar tus pensamientos. Nadaste , empujado por la corriente. Lavé tu cuerpo . Una noche , dijiste quererme , abrazandome. Te creí, porque de tu boca llegué a creérmelo todo… la nada, la eternidad o que nunca nadie nos echaría de lo que ya era nuestro. Pero nos echaron, por quererte, por bañarte , por vestirte, por enseñarte y por darte a comer.  Solo supiste callar , mientras me culpaban por quererte mostrar que el mundo era nuestro, maldiciendo al conocimiento que te regalé y que es la causa de nuestro destierro. 


Umbría solana

Un brindis por la indignación

La cerveza golpea emocionada, con más fuerza de lo que hubiera deseado, sobre la mesa de cristal. Mi compañera y yo nos miramos con la certeza de que lo que deberíamos sentir no es lo que de hecho estamos sintiendo. Las emociones ya se han hecho con el control del famoso nudo en la garganta.

  • ¿Qué os parece lo que me han propuesto?- pregunta nuestro colega, indiferente a lo que ocurre en nuestras cabezas.

En mi boca, la rabia descontrolada en forma de rugido animal. ¿Por qué una profesión eminentemente femenina premia a los pocos hombres que deciden ejercerla y, por el contrario, una profesión de sesgo masculino sanciona sus excepciones femeninas?

Solo quiero que se atragante con la cerveza.


Mannuqui

Nada y Todo




                               NADA Y TODO

                                                                          



        Le dijeron: Porque eres una mujer no llegarás a nada.

        No les desdijo. No llegó a nada. La nada vacía, la nada hueca, la nada muda y pasiva, la nada eterna

pusilánime, la nada definitivamente insignificante, la nada doblemente insustancial, ese destino ínfimo, le

pareció poco.  Llego a todo. Sin dudar, un lugar más acogedor.


Breno

Una noche más

Un día más vuelvo cansada a casa, a esa casa que consideras más tuya que mía. Luz en la salita y tú pegado al televisor. Oscuridad en el dormitorio. Escozor en el alma.
Me reprochas la tardanza y me preguntas por la cena. Respiro cristales rotos. Quiero descansar. "Qué marido tan bueno tienes, y encima guapo". "No te lo mereces". Sonrío, desorientada. Quiero dormir, vivir. Que el día no se convierta en una noche más.


 "Retrato en sepia" 

Resultados o recomendación

¿Resultados o recomendación?

El subdirector sujetó la puerta y le sonrió a modo de despedida a la mejor administrativa comercial que la empresa había tenido desde su fundación.  Los datos estaban allí, pero algo le impedía tomar aún una decisión.  De todas formas, tenía una entrevista más.  Volvió a sentarse y esperó que el otro administrativo comercial se personara en su despacho.  Llegaba unos minutos tarde, pero la recomendación del  Director General  volvió a su mente.  Después de diez minutos, el Sr. Ramírez entró y se disculpó.  La excusa sonaba claramente hueca, pero el subdirector volvió a desoír su subconsciente.  Después de unos minutos de análisis de los datos de rendimiento de trabajo, lo felicitó.
-¡Enhorabuena!  ¡El puesto es suyo!



Andrea Gala

Profundidad









El tiempo el paraíso

es la belleza

de un modo de trabajar vital

superando la suerte

superando a la madre también

el amor al trabajo

femenino

es más que un  hombre asustado

no por el trabajo

sino por la mujer trabajadora

emprendedora

rutinaria

escaladora

y sobre todo amante del viaje

de la transformación

la profundización eterna de una tierra desconocida








TRES DESEOS

TRES DESEOS                                                        

El espectro vaporoso la miró desganado desde su posición de privilegio, mientras se rascaba literalmente la barriga haciendo acopio de una absoluta falta de interés. Al fin, se dirigió a ella con desdén:

 -Conciliación familiar, no trabajar los domingos, y no hacerlo más de diez horas seguidas –repitió.
-Sí, esas tres cosas.
-Por sus hijos…
-Sí, por ellos. No me importa el dinero.
-Genial. ¿Desea algo más?
-Eso bastaría.

 El hombre apagó el gran habano, restregándolo en el fondo de aquella especie de lámpara-cenicero que adornaba la mesa de su despacho,  y la nube de humo se hizo todavía más densa:

-Vuelva al trabajo antes de que la despida. ¿Cree que soy el maldito genio de Aladino? 

Fabio Costa

MITOLOGÍA VARIA



MITOLOGÍA VARIA


—Tranquila mujer, no te pongas así —acertó a decirle ante su desconsuelo.
—Pero si el problema no es la soledad, ni la espera; ni siquiera las interminables noches que pasé tejiendo para nada, sino las letras sin pagar del barco —le vino a contestar Penélope a… (sí mujer, cómo se llama este… ¡ah, ya!) Bardem.


Seudónimo: Valeria


Recordando

Se acerca a la ventana, el cielo está gris y el frío se puede sentir a través de los cristales. Saboreando una taza de café recuerda ahora,casi sin esfuerzo, momentos pasados; esos momentos en los que sentía ese peso en el estomago y las tareas diarias le suponían un esfuerzo sobrehumano.
Recuerda esos días, en los que aún siendo casi una niña,su vida era monótona: niños,casa... Esos días en que se sentía fea y envidiaba a todas esas mujeres que caminaban deprisa, seguras y guapas hacia un lugar fijo, seguramente su trabajo.
Recuerda como le costó tomar la decisión de retomar sus estudios, y el esfuerzo que esto supuso.
Ahora camina deprisa, segura,guapa, hacia un lugar...

Julián

LO CONSEGUIRÉ

El despertador suena cual hermosa melodía. Una nueva y esperanzadora vida se muestra ante mí. ¡Por fin llegó el gran día! Tras más de diez años aguantando sus amenazas, insultos y palizas, hoy empiezo a trabajar lejos de su aliento a whisky barato y de su maldito cinturón de cuero. Afronto esta nueva etapa sola, pero con gran ilusión, con ganas de olvidarle a pesar de las  cicatrices de mi consumido rostro y de mi maltrecho corazón. Aún así me asaltan las dudas. Los nervios me atacan. El miedo me invade. He dependido tanto de él que no sé si podré hacerlo. Antes yo era una mujer fuerte, luchadora. ¡No soy ninguna inútil! ¿Me oyes? Lo conseguiré


RAYITO

Qué fue de ti


María, ex esposa, ex vecina, ex mujer trabajadora, está rendida. La veo con la mirada perdida y el semblante triste, sentada en un banco del parque. Sobrevive con los recuerdos enterrados bajo su estrepitoso fracaso laboral. Tiene arrendado, sin costes, ese rincón de letargo y modorra, que ahora es su parcela de sueños perdidos. La visitan palomas de vuelo raso, grises como su vida. Vive sin futuro. La falaz sociedad del bienestar la ahogó en un alud de deudas e impagos. Dormitando susurra palabras confusas y cuando siente el cosquilleo del hambre, abre su bolsa de supermercado, hallada explorando basuras y ante un mendrugo de pan y unas hojas de lechuga, se desliza la tristeza a borbotones por su rostro.

Miró

LUZ SIN VIDA

Vi por última vez tus ojos, frente a aquella ventana manchada de lágrimas.

Vi como tu fuerza perecía y el sacrificio de tantos años dejaba paso a la triste realidad de la vida.

Una vida plagada de lucha, constancia y superación, una vida que siempre tuvo sentido mientras ella permaneció a tu lado, apagándose desde el mismo día en que ella decidió irse para no regresar jamás.

Mientras su trabajo te parecía insignificante, mientras su perseverancia y su destreza para todas sus labores no las valorabas, no conseguiste entender el duro esfuerzo que ella hacía.

Hasta aquel triste día en que tus manos se desprendieron de las suyas y por fin comprendiste lo injusta que había sido su vida.

DIBALLURB

Aquí comienza la segunda edición del "Concurso de microrrelatos sobre la mujer"

Saludos, ¡Oh, microrrelatistas!

Damos comienzo al II Concurso de microrrelatos sobre la mujer, tenéis hasta el 24 de marzo para condensar en hasta 120 palabras, historias o construcciones literarias sobre la igualdad de oportunidades real y efectiva entre géneros.

Consultad las bases y llenad de densas gotas de sentido este mar de microrrelatos que se extiende por el blog.

La Concejalía de Igualdad del Ayuntamiento de San Javier, la Biblioteca Pública de San Javier y el Hotel Mar Menor de Santiago de la Ribera  os animan a participar