Me he formado y he soñado con algo mejor para mí. Vengo y hago mi trabajo de forma impecable, pero para ti no es suficiente. Tengo que soportar tus gritos, en los que se esconden tu personalidad acomplejada y el miedo.
Pero hoy me levanto y siempre pacífica, te digo que tengo otros proyectos, que me voy. Me miras incrédulo y me ignoras desde ese momento, mostrando tu desdén hacia mi persona.
Posteriormente, en la reunión de jefes de departamento, dirás que esto pasa porque soy una mujer, que no somos de fiar, que somos traidoras por naturaleza. Que sólo quieres contratar hombres.
Mis compañeros me defenderán y yo sentiré orgullo del trabajo bien hecho. Tengo dignidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario