¿A
quién quieres más? A tu papá o a tu mamá. Solían preguntármelo cuando era
pequeña. ‘Yo no tengo papá’, decía tímida mientras me escondía detrás de mi
madre o de mi abuela.
Muchos años después, poco antes de
morir, mi madre me confesó que mi padre seguía vivo. Me pidió perdón y me contó
lo difícil que fue separarse de alguien que nos habría hecho tanto daño a las
dos.
Él quiere verme, desde que ella se
fue ha intentado que hablemos… Hoy puedo responder a aquella pregunta: mi madre
lo dio todo por mí. Pero voy a dar una oportunidad a quien hace años no nos la
dio a nosotras. Hoy voy a conocer a mi padre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario