Mujeres, ¡corred!
El frío, el olor a sal, el murmullo
de las olas... Cuando salgo a correr, el viento me empapa, se funde
conmigo. Siento que soy capaz de superar cualquier obstáculo. Porque
cuando corro, me siento una diosa. Y es que yo no corro tocando el
suelo, cada vez que doy un paso, levito, más bien me elevo por
encima de todas las cosas y desde arriba, observo. Y ahí estoy yo,
corriendo, sin buena pisada, sin velocidad, sin técnica. Cruzándome
con jóvenes preparados, amantes del deporte que te saludan a su
paso, haciéndote un guiño de complicidad, de compañerismo. Todos
corremos hacia la misma meta, unas veces un árbol, otras un
sueño...Cuando la cruzo, simplemente grito: Mujeres, ¡corred!
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