He guardado el traje. Me retiro. Descubrir que mis poderes
estaban en decadencia y que sus efectos, no solo eran mas débiles, sino que
además empezaban a ser destructivos, ha sido demasiado. Estos años han sido
gratificantes pero todo tiene un pago.
Desde mi escondite espero para ver si el mundo puede
arreglárselas sin mi.
Sorprendentemente después del caos inicial de mi deserción ,
salgo para comprobar que mi pareja se
enfrenta a sus malos días con voluntad y paciencia, que mis hijos asimilaban
sus frustraciones con valentía y mis jefes y compañeros de trabajo descubrían
por fin, como una sonrisa era capaz de vencer cualquier dificultad por grande
que sea.
El mundo ya no necesita heroínas.
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