Concurso patrocinado por el Hotel Mar Menor de Santiago de la Ribera

lunes, 31 de marzo de 2014

Ganadores del II Concurso de microrrelatos sobre la mujer 2014

Reunido el jurado del II Concurso de Microrrelatos sobre la Mujer formado por las siguientes personas:

La concejala delegada de Igualdad y presidenta del Consejo Municipal de Igualdad del Ayuntamiento de San Javier, Dña. Celia Martínez Mora.

La concejala delegada de Cultura y Centros Cívicos del Ayuntamiento de San Javier, Dña. Inma García Sánchez

El coordinador de la Biblioteca Municipal del municipio de San Javier, D. Antonio Díaz Grau.

El secretario del Consejo Municipal de Igualdad del Ayuntamiento de San Javier, D. Felipe Andrés Gutiérrez.

Una vez leidos todos los microrrelatos, el jurado otorga los siguientes premios, según las bases del Concurso, a las siguientes personas:

1er premio, dotado con 175 euros y un fin de semana en el Hotel Mar Menor de Santiago de la Ribera, a Dña. Mar Arias Couce , con el microrrelato Nunca estás.

2º premio, dotado con 125 euros y un e-book, a D. Bernat Andreu Caba, con el microrrelato 50 % cotón.

3er premio, dotado con 100 euros a Dña. Antonia Fernández Sández, con el microrrelato La voz callada.

¡Enhorabuena a todos los participantes!

miércoles, 26 de marzo de 2014

Fisonomía de una coleta

FISONOMÍA DE UNA COLETA
 

Todas las mujeres de mi familia conocen la fórmula secreta para obtener el resultado de una coleta simétrica y de excelente fisonomía.

Mi madre repasaba mi pelo, elegía una cinta de color y yo atesoraba una coleta de proporciones exactas, aunque después de repasar la lección de las propiedades conmutativas de los conjuntos, la coleta ya había alterado su forma perfecta, debido a su tendencia natural a despeinarse.

Con la suma de los años, mi coleta respira en libertad, mejorada su silueta a lo largo de muchas generaciones de moños y pañuelos negros. Aunque diestra en despeinarme, tan sólo me resta la práctica exacta que multiplique la habilidad familiar, a pesar de mi adversión a las matemáticas.

"PARES E IMPARES


Me levanto temprano, preparo la ropa y los desayunos de las niñas. Me visto, me tomo un café y llevo a las niñas al cole antes de irme al trabajo. Cuando vuelvo las recojo, comemos, se recoge la cocina, se pone la lavadora, se plancha y se limpia. Llevo a las niñas a inglés y a música. Voy al gimnasio. Recojo a mis hijas y nos vamos a casa. Duchas, cenas, lectura y a dormir. Por fin ha terminado el miércoles.

Por cierto, me llamo Manolo y me toca hacer todo esto los días impares de la semana. Ana, mi mujer lo hace los pares. Los dos trabajamos fuera y dentro, y nos queda tiempo para amarnos.

Como cada mañana, jamás


COMO CADA MAÑANA, JAMÁS


     Como cada mañana, su móvil preñado de mensajes; hospitales, clínicas, congresos; premios, sueldos, honores,… Lejos de ser un halago a su mente privilegiada, aquellas apremiantes llamadas le cansan infinitamente. Ya nada es lo que fue.
     En la vorágine de los homenajes, su cirugía ha perdido chispa y pasión. Los colegas le hacen sentirse más importante que sus propios pacientes. La moto que le lleva al hospital ya no es signo de libertad. Esto no debió ocurrir jamás.
     Con gesto decidido su tan valiosa mano derecha selecciona los mensajes. Sin dudar, elige "Borrar". Marca el número encontrado en una revista.
-         Médicos Sin Fronteras.  Sección Voluntariado. Atiende Yolanda. ¿En qué puedo ayudarle?
-         Soy la Doctora Sara Menantes. Me gustaría ayudar.

EL CUENTO ROTO


EL CUENTO ROTO

Siendo niña escribió un cuento y  mostró el relato a su padre. Éste rompió el papel y gritó: “Aprende lo que te corresponde”.
Ella entendió que su futuro estaba sentenciado. Lo suyo sería cocinar y coser, pero decidió luchar y continuó redactando las historias que le llenaban la mente.
Un buen día remitió su primera novela a una editorial y a fuerza de trabajo, logró  ser una  escritora de éxito.
Hoy, su madre está al otro lado del teléfono, le dice que el padre ha muerto y que aquel hombre  jamás tuvo una oportunidad, ni siquiera fue a la escuela. Ella evoca el primer cuento que él rasgó sin miramientos y entiende que su padre nunca aprendió a leer.

Halima


      HALIMA
                                                                                                                 

Se lo han dicho de golpe, como se clava un cuchillo en la carne blanda y confiada, con las mismas palabras de sudario que siempre ha temido escuchar
-No puedes seguir aquí, nos hemos quedado sin trabajo -y le han dolido en lo más hondo igual que un parto.
Aún huele a desierto y sus ojos de arena y brisa siguen recordando el terror profundo del océano, las rocas afiladas de la costa. Volver a empezar resulta cada vez más difícil, pero recuerda a su gente:
-Halima no puede sucumbir –y no dice nada, sólo mira con tristeza de madrugada, hasta que se despide dando las gracias con palabras redondas; fuera, el sol de mediodía seca sus mejillas húmedas.


Una idea


Mujeres no desesperéis. Existen lugares donde las almas son iguales, donde todo es omnipotente. Metrópolis perfectas, justas y equitativas, en ellas da igual quién seas, o qué seas, cada día cambias de vida, aprendes oficios. No están concentradas, o pueden estarlo, sociedades invisibles que solo mirando sin ver serán transparentes y únicamente viendo sin mirar se abrirán a ti. Agudizad el sentido y aprended todos, allí una mujer es mecánica, buzo, científica y futbolista, y también en aquellos reductos, un hombre cuida de los hijos y pasa la tarde en el parque. Esperanzas de un futuro con igualdad de oportunidades. No es ficción, no es mentira, es simplemente, un patio de escuela.

SUSURROs

SUSURROS

Fue una mañana cualquiera, mientras caminábamos por la calle, sin rumbo fijo:
“…No todo está perdido. Hemos de tejer con nuestros deseos la esperanza y con nuestras manos armar el sostén de la libertad. Nada está perdido.
La fuerza de las mujeres que somos  nos acompaña, nutriendo nuestros cuerpos. Nos devuelve el aire fresco de antaño que nos dará a luz como nuevas personas…
Una mujer se sostiene a sí misma. Nadie ha de decirla nunca qué pensar, vestir, sentir…
Sigamos andando la vida...como si este fuera nuestro último aliento…”
Lo susurró despacito, cuando yo era una niña y ella una anciana.
Como si, en su pérdida de memoria, repentinamente una certeza hubiera encontrado su lugar.

POR SER MUJER

Estáis sentados junto a la puerta del despacho de quien os va a entrevistar. Quieres ese trabajo, y él también; necesitas ese trabajo, y él también. ¿Acaso piensas que los vas a conmover? Él es joven y es obvio que está muy preparado. ¿Y tú? Amaneces pensando en qué hacer de comer, llevas los niños al colegio, vas corriendo a todas partes ¿Vas a lloriquear ahora? No. Tú no eres débil. Estás preparada para ese puesto, y lo sabes. Él puede ser bueno, pero tú serás mejor. Dejarás afuera tu vida y entrarás a ese despacho con la cabeza muy alta. Demuestra quien eres, y hazte un favor, arráncate ese maldito estigma que se empeñan en colgarte por ser mujer. 

Plan de igualdad


Llegó puntual, algo nerviosa, con el mejor de sus vestidos y los labios pintados de rojo carmín. Exhaló despacio el humo del cigarro y se detuvo ante la puerta durante unos instantes. No pudo evitar el recuerdo, casi permanente, de la entrevista de trabajo en la que fue discriminada por el hecho de ser mujer. Dio una última calada y un hondo y humeante suspiro salió de su pecho. Cuando entró, observó detenidamente  a todos los candidatos para el puesto vacante. Ahora, como directora de recursos humanos, al fin llevaría a cabo su venganza.

MARÍA


   Se llamaba María y vivió hace muchos años. Ni ella ni su marido tuvieron nunca más patrimonio que sus manos. Trabajaban unas tierras que no eran suyas y habitaban en una casa que no les pertenecía.
   Se llamaba María y, entre la siega y la siembra, entre puchero y remiendo, parió ocho veces, enterró a dos de sus hijos, y vio morir a su compañero cuando aún amamantaba al último de sus retoños.
   Se llamaba María y fue una heroína, aunque ninguna calle lleve su nombre, ningún libro recoja sus memorias y ninguna placa recuerde que fue cocinera y madre, y enfermera, y economista, y contable, y jornalera y...
   Se llamaba María y era mi abuela.
NO
El jefe le dio los buenos días, la miró de reojo tecleando con sus dedos hábiles en su móvil y ajustándose el nudo de la corbata, salió del despacho. Ella recibió el whatsapp y tras abrirlo, leyó: "Si quieres el ascenso, llámame y sé más cariñosa esta noche". Sintiendo un estremecimiento, mientras apagaba el ordenador, borró al jefe de su lista de contactos y le dejó una escueta nota de despedida.
                 

No soy lo que piensas, soy lo que yo quiero

Me levanto por la mañana, temprano. Con mis cabellos lleno de sueños
de la noche anterior, me preparó el desayuno y me dirijo a dar un
paseo con el sol y el olor a tostadas. Saludo a la gente de mi barrio,
amanezco llena de vida,de energía y unas ganas inconmensurables por
ser agradecida. Me desvisto de primavera y me pongo mi traje de
trabajo. Uso chaqueta y me retiro el pelo. Soy resolutiva, amable,
ejerzo mi trabajo con discreción y buen gusto, como mi vida. En ambos
casos, puede que reciba un insulto. El por qué? No hay por qués, al
menos comprensible. Pero jamás me callo.

"Entrevista de trabajo


—Y entonces, ¿qué sabe usted de cuidar niños?
—Como puede ver en mi curriculum, tengo experiencia en…
—Si, ya, pero no se me vaya por las ramas. Como podrá imaginar, estábamos pensando en otro tipo de perfil para cubrir el puesto ofertado.
—Dígamelo sin rodeos; ¿es porque soy un hombre?
Por la mente de la entrevistadora pasaron imágenes fugaces, recuerdos de una época en la que fue ella quien tuvo que luchar contra los prejuicios desde el otro lado de la barrera. Se tomó un tiempo para reordenar sus ideas, y sólo entonces fue consciente de que se había convertido en lo que más odiaba.

"Diario de una mujer trabajadora

A las 7:30, como cada día, suena mi despertador, me arreglo y me adentro en la tan agotadora Madrid. 8:30, empieza mi jornada, que no acabará hasta las 5:30, al menos, en lo que a la oficina se refiere. Recoge a los niños, llévalos a natación e inglés e intenta mantenerte tú en forma porque, claro, no puedes descuidar tu imagen. 20:00, llega a casa, haz los deberes con los niños, orden, cena. A las 21:00, empiezo a apoyarme en cada esquina.  22:30 cama o  sofá, que es un poco lo mismo. 23:30, fin, mis articulaciones dicen basta, al menos, hasta mañana que será otro día, pero mejor, porque al fin y al cabo una mujer siempre saca lo bueno a la vida.  

Secreto de familia

Exactamente a menos diez pasaba por la cocina, sacaba el cuchillo de deshuesar del último cajón, ponía su brazo en la tabla de madera y con una precisión imponente se lo cercenaba. Papel film para rodear el torso una vez tapada la herida y un portazo. Mamá se iba a trabajar.
Despertaba con tres brazos, salía con dos, pero en casa requería alguno más. Conservaba  los brazos que le crecían cada noche en un congelador de carga horizontal y función de ahorro energético. Escogía y se cosía unos cuantos, con punto Bastilla, para fruncir la prenda y que quedara fija.
Hasta ocho brazos se llego a coser mi madre. Los utilizaba con una soltura sobrecogedora. Era nuestro secreto de familia.

El cuento

El príncipe miró con curiosidad el libro; era su cuento y le intrigaba. Lo abrió despacio y se decidió a leer su propia historia. Mientras lo hacía, poco a poco, en sus ojos fueron acumulándose las lágrimas y al final se emocionó.

La princesa observó también el libro con la misma curiosidad. Lo abrió despacio y se decidió a leer su propia historia. Mientras lo hacía, poco a poco, en sus ojos fueron acumulándose las lágrimas y al final se indignó. 

Futuro de esperanza

Y le dijo:
-en estos días sin ti, me he dado cuenta de lo laboriosas que son las tareas de casa, a partir de ahora, te ayudaré. ¿No me ayudas tú cuando hay tareas en el campo?
La mujer quedó atónita con las palabras de su marido, no sabía lo que había pasado, pero hubiese sido lo que hubiese sido, sonaba positivamente bien y pensó:
-¡Lástima, no haberme ido antes!, a veces para que te valoren te tienen que echar en falta, pero "agua pasada no mueve molino", por eso me alegro, que aunque tarde, él se haya dado cuenta de que el ama de casa es una trabajadora más. Ahora juntos, un nuevo futuro lleno de esperanza, nos espera.

EL REGALO

Amasó la harina, el huevo y el azúcar. Sonrió. Tal vez se le olvidaba algo, pero estaba segura que su pastel sería más delicioso que cualquiera que compraran. Cosas de ingredientes mágicos. Le dolían un poco los dedos. La artritis, quizás, pero sus manos trabajaban con diligencia. Hay cosas que no se olvidan, el trabajo hecho con amor, tal vez. Fabricó bocados con sabor a vainilla y ternura. Besos de fresa para el cumpleaños de María y el suyo. Casualidades. Ella cumpliría noventa años y su bisnieta, cinco. Deseó lo mismo para su niña: casi un siglo de vida, un mundo justo, paz, un corazón alegre y unas manos de milagro. Sonrió de nuevo. Era feliz.





"Lois Lane también lleva capa


Lois Lane también lleva capa

Todos los días, nada más levantarse, Marga se ponía el traje de superheroína y, un café después, ya estaba lista para salvar el mundo. No conocía a Magneto ni a Dos Caras, pero eliminaba con sus propias manos manchas de grasa mucho más temibles. Todavía no sabía volar, pero con su supervelocidad se las apañaba muy bien para salir del trabajo y llevar a los niños a piano, a karate y al parque, ida y vuelta, siempre a tiempo. Su visión X ya no es lo que era, pero aún podía atravesar muebles y encontrar calcetines perdidos. Y por las noches, después de acostar a sus kriptonitas, todavía tenía tiempo para ser Lois Lane.

"La voz callada


La mujer quiso que todos supieran que no tenía voz;
Pero nadie la escuchó.

Pioneras


–¿Adónde vas, mujer? –preguntó el marido, sin levantar la vista del New York Times fechado a 8 de marzo de 1857.
–Voy...
–Ya, a la fábrica –interrumpió. – No olvides que tenemos invitados y la plata está sucia. Trata de no llegar tan tarde.
–Claro –convino Emily, aunque no se dirigía al taller textil ni tendría cuerpo de limpiar a la vuelta.

Michael aprovechó el beso de despedida para agarrarle la pañoleta: –¡Quítatela, no me gusta que tapes tu precioso cuello!
–Me la quito de camino –mintió ella.

Después, escondió unos dulces en el bolso y, hacia la salida, se miró al espejo. No estaba más guapa que de costumbre, ni más alegre, pero su reflejo le sonrió con orgullo pionero.



Sonrisa

   Agachada. Otra vez. Recogiendo los papeles del suelo tirados, a posta, por el incompetente de su jefe.
   Sabiendo que por encima de aquél había otros jefes que sí la tomaban en serio.
   Muy poco le faltaba a aquel estúpido de reír sus propias ocurrencias sobre el físico de su secretaria, porque su secretaria, ella, tenía ideas propias, coherentes y originales, sobre cómo llevar una empresa.
   Y se levantó. Entregando ordenados los informes desparramados. Con humildad. Con generosidad. Con valentía.
   Sonriendo.

Karuso


Karuso
Karuso lleva días deprimido, nuestro perro no se acostumbra a la ausencia de Clara, que ha comenzado a trabajar en una panadería. Cada tarde cuando Clara regresa, Karuso la olfatea, exhaustivamente pero sin grandes muestras de efusividad ni alegría, quizá en busca del olor preciso que pueda identificar a quien ocupa su lugar durante el día, para así localizarlo sin lugar a dudas en algún casual encuentro.
Esta tarde Karuso ha recibido a Clara con gran entusiasmo, hecho que contrastaba enormemente con el pesar en el gesto y la voz de su ama cuando tristemente le dijo: Karuso, buenas noticias, me han despedido.

La primavera de Julia

Horas infinitas de estudio, madrugones varios en fines de semana, tensión que a veces rozaba el dolor abdominal ante la proximidad de los exámenes… Todo esto había quedado, por suerte, ya en el olvido de Julia. Ahora, su suerte dependía de otro hilo. Un hilo del que tiraban, por cada extremo, la valía y la formación por un lado y los prejuicios y las injusticias por el otro. Una guerra en la que continuamente habían resultado ganadores los fantasmas del machismo y la incultura, imponiéndose con demasiada facilidad…

            Pero hoy es primavera y Julia no se amedrenta. Entra en el despacho con seguridad, cabeza alta, sonrisa dibujada. Se sienta. Suspira con satisfacción. Es Julia. Es directora. Es su despacho.





Cómo sentirse más


    Cómo puedes sentirte más, si ellas traen la aurora enredada en su pelo, si cuando no están ni siquiera lo es un recuerdo, cómo puedes sentirte más, si a su lado el trabajo no es algo mercenario si no un regalo en el mercado del cielo … Cómo puedes sentirte más, cuando has abrevado en sus senos, cuando en su noche enterraste tus locos aullidos de ciervo, cómo puedes sentirte más, no ves que eso te hace ser más pequeño, que tus heridas no cerraran si no te cobijas en su sueño … Nunca te sientas más, porque ellas tienen la verdad escondida en su pecho, que la luz de sus ojos siempre intentan llevarte a buen puerto …

Hacia atrás


Dos grandes lágrimas caen por las mejillas de María, mientras piensa "¡qué mala suerte tengo en la vida!".

María abre el email que le han enviado desde la empresa. Está nerviosa. Le encantaría ese trabajo..

La junta decide contratar a Juan en lugar de elegir a María, pese a verla más adecuada para el puesto. Alguien había soltado la frase que desequilibró la balanza: "¡esta es la típica que se va a quedar preñada y a dejarnos con el culo al aire!".

María echa una solicitud para el empleo que siempre había soñado. Quiere conseguir olvidar las últimas palabras que le dijo su ginecólogo: "Los siento, ese problema en el ovario le impedirá tener hijos".

Siesta de invierno

Siesta al sol invernal en el sofá.
Se ha dormido sobre mi pecho.
Me abraza. Respiramos acompasadas.
Mi pequeña, mi amor.
Me siento orgullosa de ella, tan fuerte, llena de energía y de alegría, trabajadora, responsable, obediente, luchadora e inconformista. Me recuerda a mí cuando era niña, muy distinta a la de los últimos años.
Cierro los ojos. Una lágrima se desliza. Cae. Ahora no tengo por qué ocultarme, ella no la ve. No hace mucho que pensaba que había tirado mi vida por la borda, cuando a una edad ya madura, tomé la decisión de no aguantar más humillaciones y liberarme de él.
Ahora veo todo diferente, lucho por mi presente, y ello le dará un futuro a ella.

Superpoderes

Superpoderes

Desde que me dedico a salvar el mundo mi mujer está
insoportable. Pero yo no elegí convertirme en un superhombre. Un día me
picó un bicho y pasé de sellar documentos y archivar carpetas a ponerme
un traje ajustado de colores y luchar contra el mal. Al principio, se
mostró comprensiva, hasta orgullosa, pero ahora dice que no puede
pasarse el día en la oficina y, además, preparar la comida, bañar a los
niños, hacer la colada y planchar la ropa, que no es una superwoman y
que ya nunca salimos a cenar. Esta noche, cuando me iba a poner mi
traje, lo he encontrado arrugado y lleno de lamparones. ¿Cómo voy a
salvar el mundo con estas pintas?

"Llamada de fijo a móvil


  
Te apetecería viajar a Mogadishu?
—Dijo ella.

Que él contestase de inmediato al móvil no le sorprendió —era consciente de su grado de adicción—, ni que la voz reverberante indicase su estado de ansiedad y el lugar desde el cual atendía la llamada. Imaginaba el espacio alicatado: el váter, la ducha, el lavabo, el rostro crispado pegado al espejo, las profundas ojeras que enmarcaban sus ojos saltones y su insostenible futuro con él. Imaginaba el malvivir impuesto por las nuevas tecnologías.

¿Habrá cobertura en ese lugar?
—Dijo él.


          

PERFILES


PERFILES

A la oferta para cubrir dos ocupaciones, bien remuneradas, se presentaron más de seis mil aspirantes. Tras sucesivas cribas, por experiencia, por conocimientos generales y específicos del puesto, por estado de salud y condición física, por habilidades sociales y por dominio de idiomas y nuevas tecnologías, se fueron ajustando los perfiles. Finalmente quedaron nueve candidatos para la última entrevista, siete mujeres y dos hombres. Y sí, los dos puestos fueron para los varones. A Alfonso le dieron el de Madre de Alquiler y a Ricardo el de Ama de Cría.

ORGULLO DE SER MUJER



            ¡¿Hola?! Soy una niña y estoy aquí dentro, en la tripita de mi mamá. Aunque esté escondida me he enterado de un montón de cosas.  Lo más importante, por la parte que me toca, es que cuando nazca voy a tener que trabajar mucho y me van a poner algunos impedimentos, como a mi mamá que por estar yo aquí la han dicho que no vaya más a trabajar.
También me ha quedado claro que somos muy fuertes y que nunca nos rendimos.
Debe ser que la palabra "mujer" y la palabra "trabajadora" significan lo mismo.
De lo que estoy segura es ………de que estoy orgullosa de ser una de ellas.
           

El veredicto de la abuela


Siempre que puedo, me acerco a ver a mi abuela. Me encanta cocinar para ella. Tiene un paladar exquisito y unas razones concluyentes. Durante 50 años regentó la mejor casa de comidas del pueblo. Hoy tocan michirones, le anticipo. Me pongo a ello y al rato ya está listo. Coloco la cazuela sobre la mesa y espero. Con parsimonia, ella lo observa, toma el tenedor y los prueba. Mientras lo saborea, piensa. Son segundos eternos, que me hacen sentir como ante el jurado de un concurso. Creo que he arriesgado demasiado. Por fin da el veredicto. Sin mediar palabra, se lo zampa con deleite y hasta creo ver caer una lágrima  por su mejilla. La beso y me vuelvo al restaurante.

CAFRE

Lola trabajaba duro en Seguros Cafre,  además de ejercer de "camarera" para Blas ( único escaqueándose, y hábil jugando al ordenador, pero incapaz de preparar café).
Las ventas habían caído en Cafre: con la crisis y el puñetero perro rastreador de seguros, el despido acechaba amenazante sobre ella, lo presentía.
Efectivamente, Lola fue despedida habiendo rendido más que Blas . Era injusto, pero recogió todo sin rechistar, con parsimonia y sonriente. ¡ Qué pena perderse a Blas por fin trabajando,  incapaz de rellenar sin preguntar una sencilla propuesta aseguradora!
Ya en casa, comiendo, le propuso a su hijo ir a la feria:
- ¿ Qué celebramos, mamá? - preguntó, sorprendido por su buen humor.
- Que me han despedido... ¡ Y que me volverán a llamar! aseguró Lola.

CARTA DE ADIÓS AL PASADO

Si preguntan dónde me hallo, mentar una a una estas palabras como epístola de despedida. 
Inventad nuevos cuentos, reescribir los antiguos porque la historia ha cambiado. Jamás volveré a ser la princesa que espera en lo alto del castillo pues hoy: me marcho.
Buscad a otra alteza consorte mas yo soy la reina de mi palacio y mi reino comienza bajo mis tacones y se alza hasta los astros.
De mi puño saldrá la rúbrica que cada día firme mi destino como hicieran valientes mujeres que ya anduvieron mi camino. 
Y si en mis mejillas lágrimas se funden con gotas de nubes de hiel, haré de mis enaguas blancos jirones para enjugar aquéllas primero y bandera de mi fuerza después.

Seré lo que quiera ser

Mamá, ayer Juan me dijo que nunca podría llegar a ser bombera. Pero, ¿sabes qué? Yo le dije que sí, que por ser niña no tenía que quedarme en casa jugando a las cocinitas y cuidando a los bebés. Él se reía, pero yo muy educadamente, como tú me enseñas cada día, le dije que iba a trabajar mucho para llegar a ser lo que quiera ser, porque todos somos iguales y podemos hacer los mismos trabajos. Él se seguía burlando de mí. Pero no me importó,  me di la vuelta y me marché. Tú me has enseñado que nosotras también podemos ser lo que queramos, y yo voy a ser bombera mamá, sí, voy a salvar muchas vidas. 

"Es una manzana


Se sabe que creció en una casa que eran tres con su madre, su tía, su abuela. Que a los 5 años pidió para su cumpleaños un carrito de limpieza. Se sabe que, cuando nació, un doctor dijo que era niño.
Pero el niño, el hombre, no sabe por qué es hombre y no mujer; ni por qué tiene que ser hombre o mujer.
Ahora ha decidido colgarse de un manzano del corral de la casa que son tres, por diversos motivos; el sexo no lo es todo, piensa. Se cuelga y se ríe. Se ríe porque piensa que si el médico que dijo que era niño lo viera ahora, rojo y colgado del árbol, diría que es una manzana.

¿Qué tal cariño?

Mañana soleada, despiertan mis sentidos, la ducha aleja las quimeras nocturnas. Visto a los niños, me visto, preparo el desayuno. Corro hacia el colegio, el aula matinal espera a Marta y Javier. Voy al trabajo, cuarta planta. Entre papeles, me llaman-Marta ha enfermado-. Pido permiso, voy al médico y después pido a mi madre que la cuide hasta que en la oficina deje de sonar el teléfono.
Llegó a casa, preparo el almuerzo. Javier llega, escucho sus pasos. Tira la mochila, la dejo en su habitación. Suena el porterillo-¿Alonso?-Sí mi vida-. Sube, se planta frente al plato y suspirando asevera-¡estoy agotado!-, y pregunta,-¿qué tal tu día?-(mi respuesta, la reservo).-¡Estupendo cariño! Él sonríe satisfecho.

Cuestión de prioridades

Cuestión de prioridades

Tengo bruxismo. Del estrés, me dice el dentista. Que me ponga una férula. Me salen ronchitas en la cara. Del estrés, me dice el dermatólogo. Que no me maquille. Me duelen todos los huesos. Del estrés, me dice el traumatólogo. Que no me ponga tacones. Y que no me duche, que no me tome un café, que no me vista en cinco minutos ni vaya en el coche con el iphone y el smartphone, y que no entre a una reunión de la que saldrán otras cien reuniones y miles de incidencias… Que no cocine, no ponga la lavadora ni recoja a los niños de extraescolares… Y que deje de comer tanto chocolate y sea más atenta en la cama.


Seudónimo: Otoño

20 AÑOS

La ilusión de una nueva vida. La muerte. El renacer de una vida en camino. Las soledades. El abandono. El nacimiento. Más tristezas. Trabajo, mucho trabajo. Soledad. Golpes. Más trabajo. Otro niño viene. Más trabajo. Más soledad. Más abandono. Más tristezas. Otro niño que quiere venir y se queda en el camino temprano. Más tristezas. Otro niño viene y le castigan. No viene. Hospital. UCI. Mucha sangre. Crítico. Inmensa tristeza. Ganas de vivir por los demás niños. Miedo. Recuperación. Trabajo, más trabajo. Más miedo, terror. Ayuda.  Fuerza. Cambio. Libertad

¿Qué quiere la mujer?

¿Qué quiere la mujer?

Se preguntó durante décadas mi marido en su consultorio . Mira que yo le contesté  veces durante  nuestra larga vida en común,  pero él, ni caso. Venga a desarrollar teorías absurdas, que si la envidia del pene, que si la histeria. Todas las mañanas, Sigmund,  que no necesito que me interpretes los sueños. Todas las tardes, cariño, hoy no me apetece que me psicoanalices. Cincuenta  años en los que nunca  bañó a los niños, me preparó una taza de té,  ni me llevó a la cama sin hacerme un resumen sobre los tabúes de la virginidad.
 Martha Bernays de Freud

El Paraíso


El Paraíso

Como cada mañana, Eva y Adán salen a pasear. Cierran el Paraíso con llave y dejan a la serpiente a cargo de todo. Mientras están fuera alguien llama a la puerta vendiendo desigualdad, pero ellos no están. Cuando vuelven, mientras uno lava las hojas de parra, el otro riega los frutales. Felicidad compartida. Sin costillas de más ni de menos. Sin fruta prohibida.

La decisión




Tras una segunda copa de vino, lo vi todo claro, el rojo, el suelo, las paredes…
La oscuridad ya no existía, era libre, tenía dos alas en la espalda y me disponía a volar.
Sin embargo, me quedé un rato más observándolo, embebiéndome en su rostro, castigándole con mi presencia, con mi respiración, con una sonrisa de satisfacción, y él perplejo con la vista fija en mi, inmóvil, en silencio, absorto en la oscuridad más profunda, y yo no podía dejar de mirarle.
Los papeles habían cambiado, ya no era pequeña, se acabaron las manchas púrpuras en mi piel, se acabó el miedo.
Descolgué el teléfono:
- ¿La policía? Bien, ahora ya soy libre.

Koala

CONJUNTIVITIS CON PAPA

            05:02 am. Lorena se acerca al pensamiento de levantarse de la cama. Diez minutos después reconoce que lo más difícil de la vida es sentarse después de haber estado durmiendo menos de 4 horas y decidir levantarse de la cama para ir al trabajo a mantener a la familia. Se marchó a la ciudad el día más lluvioso del año. No paró de llover. Yo me quedé con la nena. La conjuntivitis está empezando a remitir.
           

ERES UNA HISTÉRICA

-No puedo ser camionera - dijo - no logro conciliar este trabajo con el horario de los niños.
-Tranquila cariño, ya llevo yo el camión, que me he enterado de una oferta de limpiadora con horario flexible, que es más conveniente para ti.
-¡Pero si no tienes carnet! ¡Y yo sí!
-No importa, empezaré a sacármelo en mis ratos muertos, así aprovecho el tiempo.

Tragó todo aquello que no dijo, se le hinchó el estómago y reventó.

-Desde luego, mi mujer es una histérica - sentenció desde el sofá. 

Hermosa similitud


Imaginaba, la sonrisa dibujada en su pálido y sereno rostro, el solaz que a él le reportaría el contacto con las algodonosas prendas que le tejía para la abrasadora jornada del día siguiente. Su expresión afectuosa no pudo más que aumentar al desviar su atención hacia sus pequeñas, que demandaban sus cuidados cotidianos con rutilante mirada.

Como cada día, apenas le restaban un puñado de granos de arena de su tiempo… Pero ella jamás abandonaba su talante risueño y apacible, siempre les mostraba la misma cara.

La luna partió presurosa a su trabajo nocturno. De su mano, las estrellas caminaban perezosas hacia la escuela de la noche. Cuando el sol llegó exhausto, nubes limpias y perfumadas aguardaban su descanso.

La igualdad no es un relato


No necesito este texto para mostrar la igualdad entre ambos sexos, no necesito el motivo del día 8 de marzo como mujer trabajadora, ya que tampoco hay para el hombre trabajador. No necesito protestas por las diferentes desigualdades de diversos ámbitos profesionales.
No lo necesito, porque el día que no necesitemos alzar la voz para luchar por nuestros derechos, esos que son arte del olvido, ese día que no tengamos que "parecer" hombres, en ese instante se acabará la lucha eterna. Frenaremos esa bola de nieve que se está convirtiendo en avalancha.
Muchas mujeres cansadas de sobrevivir, empezarán a vivir.
Lo que necesito es que nosotras y vosotros, luchemos por un camino en común, libres.
¿Lo conseguiremos? No, ¡Lo conseguiremos!

Una vida


UNA VIDA


Carla mira asomarse el sol por la ventana con el café recién hecho entre sus manos. Recuerda su infancia. A su madre enseñándole a cocinar y a coser para su futuro marido, los sermones de su padre diciéndole que las mujeres debían estar en casa. Recuerda cómo hizo la maleta y dejó todo atrás. Su primer trabajo de camarera, su posterior trabajo en la fábrica y después en la oficina. Sus primeros pantalones. Recuerda el nacimiento de sus tres hijos y el día en que, tras 65 años de sacrificio, se jubiló. Carla mira por la ventana, sosteniendo el café con las manos agrietadas de tanto trabajar y sonriendo, satisfecha, porque jamás dejó que nadie fuese dueño de su vida.

PISOTÓN

Cuando te fuiste te vi de espaldas, alejarte, sin mirar atrás,
cojeabas todavía de tu pierna derecha…¡te pido perdón por el
pisotón!...de no haber sido así llevarías un mordisco en la
boca…preferí lesionarte los bajos y seguir saboreando tus labios…

Cuando te alejaste, me entro la risa y el llanto, todo al mismo
tiempo, aún no había integrado la emoción correcta tras tus palabras
(el pisotón fue instintivo…salió directamente de mi estómago a tu
pierna)…de ahí tu cojera también inmediata…

Cuando aún cojeabas en la lejanía te giraste pero…estabas ya tan cerca
de la nada… que no pude interpretar tus ojos; me quedé con la idea de
que más vale besar un pié que pisotear una boca.

"Entrevista laboral

Manuel García entró en el despacho con seguridad.  Más de 20 años de experiencia en el sector. Maldita crisis. Una sonrisa agridulce delataba cuántas veces se había encontrado en el lugar de la joven que ahora ojeaba su currículum.
Elsa Campillo le reconoció al instante. Cómo olvidarlo.
Comenzaron la entrevista; él entusiasta, ella distraída;  mientras su mente rememoraba escenas de una situación ya vivida. ¿Tienes novio? ¿Te gustaría casarte? ¿Tener hijos? Le miró a los ojos. Una parte dentro de sí hubiera deseado recordarle su último encuentro. No obstante se contuvo. Del trato injusto que recibió aquella vez logró sacar el coraje necesario para hacerse valer en posteriores entrevistas.
Al final, Manuel fue el mejor candidato y obtuvo el puesto. 

Los perros no maullan

LOS PERROS NO MAULLAN

Mi niña decía, cuando sólo era un retaco, que su perrito de peluche maullaba noche tras noche no más. Yo le decía "eso es imposible, amorcito, los perros no son dulces a la manera de los mininos. Son fieros guardianes, ladran, muerden y desgarran con sus fauces".
Nunca me creyó.
Ya estaba su cara mudando el color cuando la metió en una troca una noche no más, condujo horas hasta el fin del mundo, y me la dejó tirada entre podredumbre.
Encontraron su cuerpo, pero no a su chavo matador, aquel perro mal nacido, que sí maullaba cuando se conocieron.
Nadie me creyó.
Hoy el doctor me habló de cáncer. Hoy compré un revólver. Hoy haré justicia.

Lupita



Te dicen que no puedes


TE DICEN QUE NO PUEDES

Te dicen que no puedes. Te dicen que no puedes levantarlo, que pesa mucho. Te dicen que no puedes jugar a eso, que no es para ti. Te dicen que no puedes comer así, estudiar aquello o vestir como quieras. Que no puedes hablar, que no puedes gritar, pensar, sentir, trabajar o luchar. Que eres débil, que él te cuida, que tú no puedes. Pero entonces, un día te levantas y lo haces. Hablas, gritas, piensas sientes, trabajas y luchas. Y de repente, sin saber cómo ni cuándo, eres madre, esposa, amiga, arquitecta, abogado, amante… eres todo aquello que jamás podías ser. Y descubres que quien dijo que no podías realmente tenía miedo porque sabía que lo ibas a conseguir.

Entrevista de trabajo en gravidez

Comprenda que, en su situación, es un gran riesgo para nuestro precario equilibrio financiero contar con usted en este momento. Sin duda es usted una gran profesional, y puede que más adelante… Quizá si hubiera optado por otro camino y se hubiera especializado laboralmente, postergando la planificación familiar... Por supuesto, no decido sobre usted; sin duda es importante el aspecto emocional, sobre todo en ustedes las mujeres, ¿verdad? Personalmente tengo tres hijos, pero como mi esposa es la que lleva la casa yo me dedico de lleno a la empresa, ¿entiende? Seguro que puede comprender que deberíamos sustituirla posteriormente si la contratásemos. Es complejo de comprender, pero seguro que alguien como usted encontrará un importante puesto en alguna otra institución…

MARÍA



 
 
      Todas las mañanas, aquella lozana mujer acudía a la plaza, con sus auriculares, en busca de algún "tajo" para "ganarse el día". Entre los jornaleros, destacaba sin quererlo por su hermosura y valía. Su historia, conocida por sus compañeros que la respetaban y apoyaban, se resumía con pocas palabras: huérfana desde niña, sin familia, sola se quedó. Un pobre ciego del lugar, la acogió, sin tener apenas para comer él.
      Esa mañana María -tal era su nombre-, repentinamente dio un brinco al tiempo que salía corriendo gritando.
      El cupón con el que su benefactor la obsequiaba cada día, había sido premiado con el gordo.
      Abrió y gobernó una gran Empresa, que dio trabajo y prosperidad a todo el pueblo.
 

Titulo:Madre sabia, hija fuerte


Escucho al filosofo decir: "la mujer es un hombre inferior"
y tiemblo.
Me oculto de sus dientes, de sus arrugas, de sus vestigios absurdos.
Estoy cansada del velo gris que tapa mi cara y mi pelo.
No quiero flores. No hay ninguna que resista los golpes. 
Peleo contra conductas astilladas, esposa anclada y encadenada.
Madre de princesas con trenzas largas, de pelo enmarañado.
Por ellas correré todo un mar seco, sin brisas marinas, sin paz en el cuerpo.
El polvo es poco, el fuego es lento.
Hay que ser valiente. 
El cambio viene con el tiempo.

"Triunfadora


TRIUNFADORA

Las mesnadas enemigas se agolpaban frente a la empalizada de la ciudadela. La población se sentía desesperada y el ejército desmoralizado. No parecía haber escapatoria posible a la inminente masacre que se avecinaba.

 - ¿Cuáles son sus órdenes, comandante? – le preguntó, lacrimoso, el sargento.

Ella se limitó a contemplar el horizonte con su catalejo. En su rostro se dibujó una sonrisa confiada.

 - Disfrutar del momento – respondió.

Y se irguió con orgullo irradiando felicidad; su semblante pleno de luminosidad. Los tanques aliados sorprendían a los hostigadores por la espalda. Su plan había funcionado.