Concurso patrocinado por el Hotel Mar Menor de Santiago de la Ribera

martes, 26 de febrero de 2013

(330) ¿Quién te enseñó a callar?


“¿Por qué habla tan poco Eugenita?” le preguntaban algunos. “¿Quién la enseñó a callar?” decían otros. Ella sonreía y contestaba:  “A hablar nos enseñan a todos pero a callar…a callar aprendí yo sola”. Al dejar la casa materna supo que no salía barato decir lo que no se debe, cuando no se debe y a quien no se debe. Aprendió pronto la aritmética de los palos: por cada palabra mal dicha, un bofetada; por quejarse de la bofetada, otra más fuerte y por decir ¡no me pegues más, por el amor de Dios!, una paliza entera, hasta que el silencio le borboteara como la sangre por las comisuras de los labios. Ahora todo había pasado, todo menos el silencio.

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