Las farolas se despertaban. Acelero el paso, en aquella lúgubre calle. Las nubes jugaban a ocultar la Luna y oscurecer la noche. Rafaela, no se había quitado el uniforme. Podía ver correr a su sombra, soltándose su moño
Encontraba todas las puertas cerradas, no se cruzaba ni un gato. Empezó a desesperarse, las piernas le fallaban. Un sudor frio empapo su cuerpo. No llegaba, pensó esconderse tras un árbol .Temblaba, no podía más. Un rotulo ilumino su alma. Empujo la puerta y buscó alguna señal, sin éxito. Preguntó y siguió las indicaciones. Entró y unos suspiros ¡oooh! ¡Grñññ! Le ayudaron a relajarse. Se quedó un rato en el inodoro ¡Uf, que alivio!
¡POR FÍN SE HIZO LA LUZ!
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