- Creo que es demasiado tarde.
- Tú rindiéndote ahora.
- Estoy cansada de luchar, mamá, las cosas no cambian.
- ¿Qué? Cuando yo tenía tu edad sólo podía aspirar a sacarme el título de mecanografía y conseguir un puesto de secretaria. No me dejaban a solas con tu padre y una vez casada siempre fui la señora de… Tú, mi vida, vas dónde quieres con tu pareja, tienes estudios superiores y puedes conseguir todos tus sueños. Por supuesto que no es fácil, que la igualdad sigue siendo una utopía pero ganar pequeñas batallas diarias nos llevaran en un futuro próximo a una victoria. Sal a la calle, da un taconazo y comete la vida a bocados.
Un microrrelato que nos hace ver que los cambios se producen aunque sean despacio. Una conversación ágil y concisa que llega al lector. Me ha gustado especialmente
ResponderEliminar