Concurso patrocinado por el Hotel Mar Menor de Santiago de la Ribera

jueves, 21 de febrero de 2013

(182) La abuela

Dejo de hablar, pero sus grandes ojos azules nos contaban todo, nos saludaban al llegar a la residencia, reían, cantaban, a veces se tornaban inexpresivos, tristes, sabíamos que recordaba su vida de lucha constante, de guerra, de hambre, pero también de su ilusión por todo. Con sus hijas y nietas su mirada era picara y cómplice, las crio lo mejor que supo y ellas la querían.
Cuando sus ojos se posaban en él aparecían gritos, incomprensión, rutina, ingredientes de un matrimonio que ella debió terminar antes de causarle esa especie de “sueño eterno” que le diagnosticarían como Alzheimer.
Un día el sueño, se hizo realmente eterno.
¿Quién me mirará ahora para que me explique la vida?

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