Érase una vez una chica que se encontró con un espejo en medio del bosque. Su propio reflejo la asustó, ya que siempre había vivido con su padre y sus hermanos en una cabaña perdida, y no conocía rasgos diferentes a los masculinos. Ella era la que mejor cazaba y la más ágil en aquel bosque, lejos de toda civilización.
Entonces el espejo le mostró imágenes de chicas a las que habían convertido en reflejos distorsionados de sí mismas, poco más que objetos decorativos. Y rompió el espejo.
¿De qué le servía un reflejo, cuando ella siempre había sido ella?
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