Ahí estaba Ella , tan menuda , tan marchita. La observo desde la distancia y puedo vislumbrar aun , la mujer que antaño fue. Joven acomodada , que se casó , con un músico de orquesta . Por amor marchó de su tierra y en la ciudad se convirtió en sirvienta. Cruel azar que la dejó viuda , madre de cinco niños y sin ninguna ayuda. Sus manos desfiguradas son testimonio de su elección , sus arrugas , lecciones que aprendió y sus ojos , cansados , muestran su dolor . Nunca abandonó , nunca pidió perdón .
¡Cuántas noches lloró en silencio! , ¡Cuántas , rezó , por proteger su lecho!
Mi padre, se acerca , la besa , parece que revive , se llena de fuerza. Ahora lo entiendo el amor a sus hijos es su mayor proeza.
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