Su mirada de luz anaranjada se dispersa y aleja por el aula. Desea posarse sobre los niños. Ajenos a su melancolía esperan su turno, con la ilusión intacta de ser atendidos. Paula, disfrazada de oso, quiere agradar a sus alumnos autistas de sexto curso organizándoles una falsa fiesta de su cumpleaños. Quiere comprobar su atención y capacidad para reconocerla.
Ella en este tiempo no ha dejado de pensar en aquellos meses de su anterior aborto. En los siguientes, desde entonces, solo ha encontrado la nada. Se ve con otro año tirado. Muchas oportunidades pérdidas que disipan sus ansias de maternidad caen ante sus ojos, apagados, como fichas de dominó. De pronto un mareo la lleva a tocar su vientre.
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