Concurso patrocinado por el Hotel Mar Menor de Santiago de la Ribera

viernes, 15 de febrero de 2013

(117) LAMPARITA

La varicela no pudo con ella. Los callos la hirieron cada noche de verano, mandil en mano. Los quicos se la comen viva, arrancándole los hierros. Sus rizos sostienen tal desajuste, que el desaguisado es bello por sí solo. Los ojitos melosos no vieron que desprendí una callada acuosa por respuesta; la quería para mí solo, sigo encadenado. Su otro yo, no se desengancha por sí solo, y ese lastre me la tiene ensombrecida, llenita de escalofríos. Sus manos me hielan la sien, y retuercen con ardor mi corazón… La he incluido en mi rezo, junto a mi familia; se lo ha ganado, siento su pesar como el mío. ¡Qué brille la belleza! Éramos distintos, y ahora iguales.

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