Estaba decidida desde hacía mucho, tan solo le faltaba el dinero. Se había preparado a conciencia: cursos, prácticas, maquillajes y vestidos, gimnasio y dietas. De vez en cuando también había sido necesario aplicar la cuchilla, las inyecciones, los implantes. Pero ella estaba dispuesta a llegar hasta el final para conseguir lo que quería: tan solo deseaba que le dieran las mismas oportunidades que a las demás, que la consideraran como a una igual.
Esa mañana llegó temprano a la clínica, sonriente, segura de sí misma. Era el último escollo, pero al fin esa tarde ¡su pene habría desaparecido!
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