Era perfecto… guapo, atento, divertido; un chico diez. Pero llegó el momento en el que en toda relación se dejan los nombres de lado y se pasa a los motes u apodos. Cariño, cielo… son los más manidos y que sirven tanto para relaciones mensuales, como semanales. Conozco casos de que antes de llegar a la segunda cita ya se llaman kari. Estábamos tumbados en el sofá bajo la luz de las velas…yo le llamo love , él me acaricia la espalda…. Y pasando su mano por encima de mi tripa suelta: ¿qué quieres gordi?
Tiempo invertido: dos semanas, tres días y siete horas.
Daños colaterales: una inscripción anual al gimnasio.
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