Ella siempre se levantaba antes para hacerle el desayuno. Le ayudaba a vestirse y lo llevaba al colegio. Lo recogía con puntualidad y al llegar a casa siempre le tenía la comida preparada. Por las tardes, le ayudaba con las tareas y lo acompañaba al entrenamiento de fútbol. Por las noches, le preparaba la cena y lo arropaba con un beso de buenas noches. No fue hasta que se hizo mayor y se independizó cuando apreció todas las cosas que su madre había hecho por él durante tantos años. Y ahora busca la forma de recompensarle por todo su esfuerzo, sin embargo, a ella le basta con un simple “Gracias, Mamá”.
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