Rodaré:
Mi destino, dijiste: el destino es lo que haces.
Mis creencias, dijiste que era un ángel de la guarda, y me lo creí.
Las calles de la incertidumbre, dijiste “de locos”, vos lo eras y te seguí.
En el espejo ¿cuánto me quiero? no puedo quererme menos de lo que te amo.
Mi ego, lo enfadaré, para mirarte como persona y no como expectativa.
La ridiculez, me enseñaste que la imagen lo es todo, quiero la espontaneidad es el respeto que me debo a ser lo que quiero y no lo que me conviene. ¡Estés o no de acuerdo!
En el barrio compraré asombro, decías: ¡así soy!
Necesito recordar que estoy de pie.
He decidido rodar… he decidido vivir.
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