Como le enseñó otro macho de la manada, el lobo cobarde vestido de cordero le cortó las alas a la mujer pájaro.
Le humilla encerrada en un frasco de cristal para que no escape; donde ha dejado de ser pájaro y de ser persona.
Van a hacer ocho meses desde que le suplicó piedad desvestida y doce inviernos desde que el homínido que maltrataba a su madre abusó de ella.
Una trompeta convoca a todas las manos a desenroscar la tapa hasta que haga plop para abrir el cielo tapiado de un aleteo sonoro, superar las zancadillas patriarcales y poder emprender con ella su vuelo muchas mujeres pájaro antes que sea otoño.
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