Concurso patrocinado por el Hotel Mar Menor de Santiago de la Ribera

jueves, 21 de febrero de 2013

(201) GANARSE EL RESPETO


 A Marta le gustaba el fútbol, pero no estaba bien visto que las niñas dieran patadas al balón en los sesenta.
Salía a entrenar con su perro. “Si puedo regatear al “Puskas”, los chavales son pan comido” – se decía.
Viendo un partido en el colegio, el balón salió del campo y rodó hasta sus pies. Cuando Pipe vino a por él,
Marta pisó el esférico y le retó sin contemplaciones: “¿A que no me la quitas?” Todos se rieron al principio, pero, uno a uno, les fue rompiendo la cintura sin apenas despeinarse. No vio pelota ni el portero. ¡Gol! Se ganó su respeto
 para siempre, convirtiéndose en la primera futbolista del pueblo. Ahora Marta entrena su propio equipo femenino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario