Martes, suena el despertador. Tengo listo el desayuno y la cafetera en el fuego. Preparo unas lentejas mientras leo el correo electrónico. Arreglo el pelo de Julia y amarro los cordones a Alfredo. Pablo sale de la ducha, se toma su café y se despide de los niños. Me quedan unos minutos para arreglarme y terminar la colada. Dejo a los niños en el colegio y paso por la tintorería. Llego al trabajo y mi mesa está que arde. A las cinco recojo a los niños y ya en casa preparo la cena. Pablo llegará tarde como siempre. Miércoles, me despierto sudando. He soñado que era mi mujer. Prepararé el desayuno y llevaré a los niños al colegio.
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