Me dirijo a ustedes porque creo que la cosa se ha ido un poco de madre. Me alegra ver que les gustó mucho el libro que les hice escribir a mis apóstoles, pero si he de ser sincero, muchas de las cosas se perdieron por el camino. Como cuando ustedes juegan al juego aquél de contar una historia de una persona a otra y al llegar al final el cuento ha cambiado por completo.
A lo que me refiero es a que ya va siendo hora de que dejen de creerse que pueden decidir sobre qué están capacitadas para hacer las mujeres o no. En realidad nunca dije nada de eso en mis libros. Firmado: Ese que os quiere tanto.
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