Concurso patrocinado por el Hotel Mar Menor de Santiago de la Ribera

lunes, 18 de febrero de 2013

(151) Letras, fuego y arena

     Como cualquier día, como cualquier otro día de la semana, pasamos las noches interminables frente a la hoguera. Leíamos con gusto los libros que nuestros abuelos habían guardado en las entrañas del desierto. Con las manos llenas de arena nos sentimos libres por primera vez en toda nuestra vida. El crepitar del fuego era lo único que nos acompañaba porque nadie se atrevía a contradecir a los hombres de la casa, nadie salvo nosotras. Leer era pecado, aprender era sinónimo de poder, y nadie quería vernos en el infierno. Mi madre y yo devorábamos las letras con miedo y excitación, con la valentía de quien sabe que pronto será juzgada. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario