Concurso patrocinado por el Hotel Mar Menor de Santiago de la Ribera

lunes, 18 de febrero de 2013

(147) El canto olvidado de la diosa

Para cuidar de mí está hecha la fuerza de tus manos. Para guiarte en la noche, brilla en mi mirada la luz de luna.
Para darte aliento está hecha mi sonrisa. Para calmar tu ira, mi cordura.
Para subirme a las estrellas están hechos tus brazos. Para reconfortar tu alma, mi ternura.
Para germinar tu semilla está hecho mi fértil vientre y para nutrir tu espíritu, te entrego cada día, generosa, mi amor.
Entre el cielo y la tierra, hombre y mujer, dos columnas iguales somos tú y yo.
Sobre nuestro equilibrio la humanidad sustenta su existencia y, en nuestro mutuo respeto, florece la vida en todo su esplendor.

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