¡Haga fuerza, respire!, ¡ahora!, ¡venga… ya!!!... tranquila, siga!!! El niño, por fin… un momento… Las voces del médico y la enfermera me estaban llegando como en sordina, pensé que me iba a desmayar, pero tenia que aguantar, alguna cosa no terminaba de ir bien… ¡hay otro bebé, otro bebé, doctor! Dijo entusiasmada la enfermera, mientras mi marido empezaba a vomitar en un rincón… ¡vamos, señora que aún no ha acabado, un esfuerzo más!... ¿Un esfuerzo más?, no puedo… ¡Ya!... ¡ojo! un tercero… ¡Dios, Mi primer parto multiple! Grito el médico eufórico, ¡Y el mío! Afirmó la enfermera. Mi marido, presa de un ataque de nervios, me increpo “esta putada no te la perdono” y salió disparado del quirófano.
No lo volví a ver.
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