Los niños y las niñas de la clase de 2ºA no entendían bien qué quería decir su profesora con <igualdad de oportunidades> y menos imaginar que las mujeres necesitaran del permiso de su padre o de su marido para trabajar o para abrir una cuenta bancaria hace sólo unas décadas.
Como buena <generación del USB>, no concebían una vida sin internet y con fuertes brechas en el acceso a las oportunidades.
Pero en ese momento, Marcos preguntó:
- Profe ¿te refieres a por qué no hay una verdadera liga de fútbol femenina?
Y fue gracias a ese comentario cuando surgió el debate y cuando, por fin, Maite sintió como germinaba entre el alumnado la semilla de la perspectiva de género.
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