Concurso patrocinado por el Hotel Mar Menor de Santiago de la Ribera

miércoles, 26 de marzo de 2014

El veredicto de la abuela


Siempre que puedo, me acerco a ver a mi abuela. Me encanta cocinar para ella. Tiene un paladar exquisito y unas razones concluyentes. Durante 50 años regentó la mejor casa de comidas del pueblo. Hoy tocan michirones, le anticipo. Me pongo a ello y al rato ya está listo. Coloco la cazuela sobre la mesa y espero. Con parsimonia, ella lo observa, toma el tenedor y los prueba. Mientras lo saborea, piensa. Son segundos eternos, que me hacen sentir como ante el jurado de un concurso. Creo que he arriesgado demasiado. Por fin da el veredicto. Sin mediar palabra, se lo zampa con deleite y hasta creo ver caer una lágrima  por su mejilla. La beso y me vuelvo al restaurante.

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