Exactamente a menos diez pasaba por la cocina, sacaba el cuchillo de deshuesar del último cajón, ponía su brazo en la tabla de madera y con una precisión imponente se lo cercenaba. Papel film para rodear el torso una vez tapada la herida y un portazo. Mamá se iba a trabajar.
Despertaba con tres brazos, salía con dos, pero en casa requería alguno más. Conservaba los brazos que le crecían cada noche en un congelador de carga horizontal y función de ahorro energético. Escogía y se cosía unos cuantos, con punto Bastilla, para fruncir la prenda y que quedara fija.
Hasta ocho brazos se llego a coser mi madre. Los utilizaba con una soltura sobrecogedora. Era nuestro secreto de familia.
Yo quiero que me diga el concurso para mi hija aleja averigue pir el numero 3146309263
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