Superpoderes
Desde que me dedico a salvar el mundo mi mujer está
insoportable. Pero yo no elegí convertirme en un superhombre. Un día me
picó un bicho y pasé de sellar documentos y archivar carpetas a ponerme
un traje ajustado de colores y luchar contra el mal. Al principio, se
mostró comprensiva, hasta orgullosa, pero ahora dice que no puede
pasarse el día en la oficina y, además, preparar la comida, bañar a los
niños, hacer la colada y planchar la ropa, que no es una superwoman y
que ya nunca salimos a cenar. Esta noche, cuando me iba a poner mi
traje, lo he encontrado arrugado y lleno de lamparones. ¿Cómo voy a
salvar el mundo con estas pintas?
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