Concurso patrocinado por el Hotel Mar Menor de Santiago de la Ribera

viernes, 21 de marzo de 2014

Soñaba Con El Mar


   Me enseñaron que las mujeres somos encantadoras, dulces y hacendosas, y que todos los hombres -hasta los padres, hasta los maridos- son algo niños y nos necesitan para nacer, para vivir, para envejecer y para morir.
   Cuando me casé, mi madre me abrazó, susurrando: "eres afortunada. Tienes que sentirte feliz".
   Yo la creí.
   Limpié, cociné, lavé, planché, velé por mi familia, soñé con el mar. Cada día me repetía, como una oración: soy afortunada, soy feliz. 
   Y secaba mis lágrimas.
   Hasta que un día fabriqué unas alas con las páginas de cien libros y volé hacia el mar, sin escuchar los gritos de "¡detente, no puedes volar!".
      Entonces supe lo que es ser feliz.
      Porque MI felicidad la defino YO.


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