NUEVAS TECNOLOGÍAS
La gran empresa tecnológica internacional presumía entonces de moderna e igualitaria, pero cuando tomé las riendas del departamento advertí indignado que las mujeres cobraban sistemáticamente un 20% menos. Cuando pregunté en qué punto de la cadena de mando algún idiota decidía cometer tal atropello, la gente se encogía de hombros y contestaba resignada: "es un problema estructural". Y aunque parezca increíble tras muchas investigaciones llegué a la conclusión de que era cierto: un injusto programa informático calculaba automáticamente los sueldos desde hacía años sin que nadie se molestase en cambiarlo. Modificar el programa sin embargo no arregló del todo la situación: habían chips específicos diseñados para ser machistas. Tras muchos cambios logré finalmente solucionarlo. Ahora todos cobran igual de poco.
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