Ella conversaba con su amiga Conciencia, mientras frotaba la costra de grasa incrustada.
Eres una lectora frustrada, ¿lo sabías?. En las novelas, el asesino no es siempre el mayordomo; demasiado previsible, irrealista. ¡Si es que casi no quedan mayordomos!, pero siguen habiendo asesinos.
¿Y en la vida real?. Me refiero, no sé, ese cliché, ya sabes: la mujer atiende las labores domésticas, mientras el hombre engrosa panza fermentado cervezas. Necesitas evolucionar. No culpes siempre al hombre en esta historia. ¡Si es que casi no quedan hombres en el pueblo!, pero siguen habiendo cervezas. No, Esperanza, la conclusión es que en la novela de tu vida, tú eliges el género y los personajes, que de la trama se encargará el escritor.
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