Concurso patrocinado por el Hotel Mar Menor de Santiago de la Ribera

martes, 25 de marzo de 2014

La escoba

El único día en que la mujer del capataz trabajaba era el día de descanso de los obreros. 
Su trabajo consistía en pasear por delante de sus humildes casas para recordarles su posición.
Delante de una casa se detuvo escandalizada. Nunca antes había visto un portal tan sucio. 
—Excúseme, señora —dijo el obrero. Luego cogió la escoba y se dispuso a barrer.
La señora, extrañada de su actitud, se asomó a la casa y vio a la mujer y a la hija del obrero. 
—Con dos mujeres en casa, ¿ha de ser un hombre quien coja la escoba?
—Señora —respondió el obrero con una sonrisa— en esta casa trabajamos todos. 

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