EXPLOTADA
Acabo de finalizar la jornada laboral. Estoy sentada hasta el inicio del próximo turno de trabajo.
Es de noche y estoy cansada. Fuera todo está oscuro, no quiero salir. No necesito salir. Aquí dentro lo tengo todo. Inspiro, cada bocanada de aire oxigena mi sangre, renovándola tras el desgaste de la jornada, llegando a todos los órganos para purificarlos.
Soy libre, capaz de escuchar el silencio; qué bien suena. La inmensidad acústica resuena en mi interior. Qué bien huele la vida. Ya no estoy sola.
Suena la campana que me devuelve a la realidad. Pero no me importa, ya falta menos para finalizar la jornada y volver a casa de nuevo a respirar, a latir, a soñar… a vivir.
Acabo de finalizar la jornada laboral. Estoy sentada hasta el inicio del próximo turno de trabajo.
Es de noche y estoy cansada. Fuera todo está oscuro, no quiero salir. No necesito salir. Aquí dentro lo tengo todo. Inspiro, cada bocanada de aire oxigena mi sangre, renovándola tras el desgaste de la jornada, llegando a todos los órganos para purificarlos.
Soy libre, capaz de escuchar el silencio; qué bien suena. La inmensidad acústica resuena en mi interior. Qué bien huele la vida. Ya no estoy sola.
Suena la campana que me devuelve a la realidad. Pero no me importa, ya falta menos para finalizar la jornada y volver a casa de nuevo a respirar, a latir, a soñar… a vivir.
El galeno cautivo
No hay comentarios:
Publicar un comentario