Un par de copas. ¿Por qué brindamos esta vez?
Por ti, por mi, por nosotros; por la familia y la salud. Por los que están cerca, por los que no. Por los sueños, la esperanza y la ilusión. Por la vida, sí, brindemos por ella.
Por los recuerdos que marcan el corazón como la mancha de vino en la camisa o el vestido a estrenar para la ocasión.
¿Por qué con vino? ¿Será porque lo difícil que resulta quitar la mancha que puede dejar lo es tanto como sacar de la memoria los momentos a los que acompaña?
Él, como el vino, vino a empaparme de amor.
Yo, brindo por hacer que con cada trago embriague más de su amor.
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