Concurso patrocinado por el Hotel Mar Menor de Santiago de la Ribera

lunes, 24 de marzo de 2014

Piel salada


Se sintió aliviada cuando nadie la sacó a bailar. Con la mano sobre su pecho, salió a cubierta y llenó su único pulmón con la brisa oceánica hasta casi paladear la sal. Escapó del estruendo de la orquesta que tocaba. Acariciaba su piel ahora de gallina por el fresco, giró sobre sus talones y volvió adentro. Terminó la pieza que todos disfrutaban en la pista y un muchacho, con aire cansado y distraído le pasó el micrófono que ella sin agradecimiento aceptó. Con voz suave soltó las primeras palabras de aquella canción. La balada enterneció a las mujeres y aceleró el corazón de los hombres. Y con la poca fuerza que en su pecho quedaba subió el tono. 

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