Nadie me dijo nada cuando llegué, ni vi expuesto y bien visible un aviso que pusiera en conocimiento de todas las que allí nos encontrábamos -que no éramos pocas- nada que nos diera a entender la existencia de un requisito imprescindible que, si no cumplías, no tenias posibilidad alguna de poder siquiera soñar en acceder a aquel trabajo, ni podías engañarles por mucho tiempo, pues al cabo de unos pocos meses el vientre se te abulta y hasta el mayor de los tontos se da cuenta que estás embarazada. Yo tome mi decisión y preferí tenerte a ti. Quizás en la casa hubo, en aquellos tiempos de dificultades, menos cosas, menos comodidades, pero yo tenía más, te tenía a ti.
No hay comentarios:
Publicar un comentario