Helena se construyó unas escaleritas con su coraje. Clavos de fuerza, madera de amor y barniz con las palabras de ultraje. Con los años pensó que debería reformarlas y hacerlas plegables, para poder llevarlas a cuestas y subirse a las nubes si le daba un aire. En sus últimos años las decoró de flores rojas y batalla errante. De mujer luchadora que entiende que una falda o un pantalón no te hacen más notable.
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