Concurso patrocinado por el Hotel Mar Menor de Santiago de la Ribera

jueves, 20 de marzo de 2014

FRENTE AL ESPEJO




El chorro de agua fresca arrastra las legañas de su rostro de la misma manera que se fueron los años vividos. Y Manuela revive la primavera de su infancia cuando, aún niña, trabajó las tierras, cuidó los animales y atendió a una madre eternamente postrada en cama.



Porque recordar los años echados al lomo como trabajadoras de jornada y media diaria evoca dolores pegados al costillar, y provoca un reproche que surca las arrugas de su cara. Una lágrima por padre y todos los que jamás escupieron un gesto de reconocimiento hacia estas mujeres. Las mismas que, a la par que trabajaban como hombres, corrían más que las penas para dejarlas atrás. Para huir de la miseria.






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