Sólo uno de cada veinte creadores de nuevas empresas es mujer. Levanto la vista del periódico y estimo unas cuarenta personas. Las dos únicas mujeres nos encontramos rodeadas de ejecutivos que apuran el cafelito de media mañana y comparten anécdotas, al parecer graciosísimas, entre toquecitos de brazos y gesticulaciones teatrales. Desvío luego mi atención hacia la discreta y eficiente camarera, y siento que debo hacer valer nuestro ratio. Lo he decidido, voy a crear mi propia compañía, una novedosa agencia de noticias en la que por ejemplo se podrá leer: Una de cada veinte creadoras de nuevas empresas es mujer, y eso a pesar de que los prejuicios sociales que encuentra son cuarenta veces mayores que los de un hombre.
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