Estaba contenta, la sonrisa que iluminaba mi cara y que veía reflejada en el cristal de la puerta de salida, delataba que el puesto ya era mío. Al ver como había empezado el día…ni siquiera mi optimismo mas utópico habría apostado por un final mejor. El radio despertador no me había despertado a la hora prevista; Un inoportuno corte de luz mientras Morfeo me acunaba. En el metro, mi plan de maquillarme se vino abajo al abrir el bolso y ver la imagen en mi cabeza, del pequeño neceser sobre el aparador. Una cola de caballo con el pelo, resaltaba mis orejas carentes de adornos. Suspiré al notar el viento en la cara. Lo había conseguido por mí misma.
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