Miró su reflejo en el espejo y no pudo evitar esbozar una sonrisa. Se apartó el rebelde mechón de pelo que caía sobre sus ojos e introdujo la llave en el contacto del coche. Aquel día recordó a la niña que en un pasado soñaba con ser mayor. La que soñaba con ser una abogada reconocida, que quería formar una familia y ser feliz con sus familia y amigos . La recordó con cariño y le dijo que lo había conseguido. A sus treinta años acababa de ganar el juicio que con tanto esfuerzo llevaba preparando durante meses. Ahora sólo quería llegar a casa , quitarse los tacones, ponerse cómoda y compartir la gran noticia con su marido e hijos.
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