Amanecía.
Fluyendo por la estancia el aura de Peonia me encontré con Adán. Iba desnudo como yo por la avenida de la
playa.
Ya
había experimentado estos momentos de éxtasis lúdico cuando experimentado mi
libertad e igualdad
con el
hombre, yo era Eva. En un jardín de paraísos.
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