Concurso patrocinado por el Hotel Mar Menor de Santiago de la Ribera

viernes, 1 de marzo de 2013

(348) La escalera


Él,
tragó saliva, y la sintió bajar por su garganta como si de esparto se tratase. Miró al  cielo, fantaseando con una cuerda por que la subir y escaparse. Paseó el dorso de la mano por su frente, para impedir que el sudor le llenase los párpados, y así, no se mezclase con las lágrimas de las viejas eras. Buscó esa mirada inevitable.
Ella,
estaba al otro lado de sus ojos, tras siglos de desentendimiento y miedos, y se materializó, por fin, como el gemelo larguero natural, que en paralelo a él, impávidamente, sostendría cada travesaño de la escalera, la misma que, paso a paso, les alcanzaba sus sueños, alejándoles de la oscuridad.

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