Concurso patrocinado por el Hotel Mar Menor de Santiago de la Ribera

viernes, 1 de marzo de 2013

(349) Adiós sin el corazón


Cuando a Eva se le acabaron las lágrimas decidió poner fin a su matrimonio. Con la cabeza alta y el paso decidido, se dirigió al dormitorio, abrió el falso cajón junto a la cama de matrimonio, empuñó la pistola, y sin vacilar enfiló hacia el salón. Se situó a menos de un metro, y sin pestañear descerrajó un único, certero e inapelable disparo entre pleno corazón. Era el último favor que le hacía a su marido. “A fin de cuentas un cuadro con una historia detrás se vende mejor, que se lo digan a Cela y a su Miró rasgado”. Dejó el arma aún humeante y se marchó con lo puesto. Para el viaje de la libertad no necesitaba alforjas.

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