Cansado, triste y aburrido. Sé lo que vas a decir cariño. Es nuestra canción favorita los sábados por la mañana mientras hacemos la limpieza semanal. Enchufabas la cadena y “El último de la fila” sonaba toda la jornada. Perdón, más bien eras sólo tú la que canturreabas, yo me escapaba al garaje. La disculpa siempre era la misma: hacer la puesta a punto de mi hermosa moto de monte para salir con mis amigos de ruta. Perdóname. Ahora soy yo el que limpio como una patena mientras miro de reojo y con ansia el teléfono esperando tu llamada. Rezo por si hay suerte y escucho al fin tu bendita voz. ¿Cuándo vas a volver? Empiezo a estar cansado y aburrido.
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