Concurso patrocinado por el Hotel Mar Menor de Santiago de la Ribera

domingo, 27 de enero de 2013

(7) Paraíso futurista


Eva ese día tenía poderes. Lo sabía. La luna, satélite acogedor en el que habitaba se lo dijo iluminando un cráter. Entonces, tomó una de sus costillas y se la ofreció a Adán diciendo:
            -¡Toma! ¡Hace mucho tiempo que quería hacer esto! ¡Lo necesitaba! Y además, he bajado una talla, estoy mucho más delgada. A ver qué eres capaz de hacer con ella.
            Adán miró a Eva, después a la costilla sangrante y aseveró:
            -¡Al fin somos iguales! Se la daré a nuestro hijo Caín, le vendrá bien para hacer injertos femeninos en la clínica.
            -¿Femeninos?
            -Bueno, perdona, similares a tu ADN.
            Y se fueron volando en un diminuto vehículo hacia el manzanal de las serpientes.  

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