Concurso patrocinado por el Hotel Mar Menor de Santiago de la Ribera

martes, 29 de enero de 2013

(11) Juegos de niños

Mi madre era una mujer alta y delgada, de movimientos suaves y sonrisa dulce. Me llenaba de besos pero no era capaz de quedarse conmigo después de los arrumacos. Cuando pasaba un minuto se dirigía al ordenador y se abstraía en sus tareas. Yo intentaba que volviera pidiéndole agua, el bocadillo, el cuento de la parte alta de la estantería... Ella me sonreía con resignación y tras atender mis ruegos volvía a sumergirse en su mundo, golpeando sin parar el teclado. Entonces yo, en un último intento por llamar su atención, le decía que quería jugar en el ordenador. Ella se ponía seria, me buscaba la página y repetía siempre lo mismo: ¡quien fuera hombre para poder escribir sin interrupciones!

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